viernes, 27 de febrero de 2015

España, a la vanguardia de Europa en impresión 3D, gracias a la comunidad Clone Wars



Lo primero que recibes cuando te asomas al foro de Clone Wars es un bofetón de innovación, pasión, ganas de crear y aprender. Y también  un intenso olor a vitaminas, camas calientes, laca y filamentos. En este patio de vecinos, ubicado en la wiki mundial de código abierto RepRap, se concentra el mayor conocimiento sobre robótica e impresión 3D de Europa. Ahí dentro, más de 3.600 personas de todos los puntos de España trabajan en cadenas virtuales de montaje  para fabricar robots e impresoras 3D con capacidad de replicarse.  
El creador de esta comunidad es Juan González Gómez, actual director del área de Robótica e Impresión 3D de la tecnológica Bq.  Conocido como Obijuan en el universo Maker, explica que  España está marcando tendencia en este ámbito y que estamos a la cabeza de Europa en conocimiento e investigación. Juan constituyó esta comunidad en 2011, cuando era profesor visitante en la Universidad Carlos III de Madrid. “Me dije, construyo una impresora desde cero y todo lo que vaya aprendiendo lo voy compartiendo”. Inicialmente, la lista de Clone Wars se constituyó en la unidad de robótica del citado Campus, pero ahora se encuentra en la Wiki de Rep Rap.
De esta manera, España se sumaba a la comunidad mundial RepRap que en 2004 había constituido el ingeniero y profesor de la Universidad de Bath, Adrian Bowyer, con la finalidad de fabricar impresoras capaces de replicarse a sí mismas.  Sobre cómo se está viviendo en España la irrupción de  la impresión en 3D, Obijuan afirma que el entusiasmo que se está  generando entre la gente, le recuerda a la llegada de los primeros ordenadores, cuando todo el mundo quería aprender informática y comprarse uno. “Ahora están surgiendo academias para aprender a imprimir en 3D por todos los lugares, pero existe una brecha muy grande entre lo que se enseña oficialmente y lo que puede aprenderse en casa a través de comunidades, como Clone Wars”.
Juan es optimista sobre el futuro de la impresión 3D, “todo el mundo le encuentra una utilidad. Es como tener una fábrica en tu casa. Puedes convertir en realidad todos los objetos que imaginas en tu cabeza” Obijuan vaticina que la próxima revolución será la de los materiales que se utilizan para imprimir y que a finales de este año, casi todas las personas tendrán un objeto impreso en 3D, que habrán obtenido con una impresora propia o con la de un amigo o conocido. 
A Obijuan, ingeniero de Telecomunicaciones y Doctor en Robótica por las universidades Polítécnica y Autonóma de Madrid,  le hubiera gustado permanecer como docente en la Universidad, pero en 2013 expiró su contrato como profesor visitante en La Carlos III y no le quedó más remedio que abandonar las aulas. Antes había estado como profesor en la Universidad Autónoma.  “Yo no quería dejar la docencia, porque mi perfil es de investigador. Esperé a que saliesen plazas, pero las pocas que salieron ya estaban dadas de antemano”, explica.       
A Juan, que  se presenta en todos sus perfiles sociales como un maker y friki que no puede parar de aprender y aplicar nuevos conocimientos para diseñar cosas nuevas, mejorarlas y documentarlas, le sirvió de muy poco su brillante curriculum de investigador y hacedor para quedarse en la madrileña Universidad Carlos III. En 2011, estando de docente, diseñó junto a su compañero de departamento, Alberto Valero Gómez, el primer robot móvil del mundo imprimible. Estaba destinado a fines educativos y lo presentaron en el VI Simposio Internacional sobre Minirobots Autónomos para la Educación, que se celebró en el mes de mayo de ese año en la ciudad alemana de Bielefeld. Obijuan recuerda los nervios y el sentimiento de inferioridad que tenían antes de presentar en sociedad a Miniskybot, nombre con el que bautizaron entonces al pequeño robot. “Participaban personas de muchas nacionalidades y nosotros, con ese complejo típico que nos invade a veces a los españoles cuando salimos fuera, pensábamos que quizá no estábamos a la altura. Pero cuando vimos la cara de asombro de los alemanes se nos quitaron todos los complejos. Nuestro robot se convirtió en la estrella del Simposio y todos se preguntaban cómo no se les habría ocurrido antes a ellos”.
A la vuelta a Madrid contaron en la Universidad la expectación que había creado el robot en Alemania, les dijeron que muy bien, que se alegraban mucho, pero no supieron ver el potencial. Dos años más tarde, no les renovaron los contratos y tuvieron que abandonar la Universidad. Hoy, Miniskybot se llama PrintBot Renacuajo y lo comercializa Bq, con gran éxito, para que los niños aprendan a montar su primer robot  
Juan explica que en España existe un talento brutal en la Universidad y en todos los lugares. “Yo estuve un tiempo en la universidad de Hamburgo y esperaba que los alumnos fuesen diferentes y vi que no, que mis alumnos españoles eran mucho mejores.  Lo que sucede en España es que tenemos menos medios y que no sabemos motivar a las personas”
 Obijuan sigue realizando tutoriales en sus horas libres y afirma que a él lo que le gusta es compartir, pero que por regla general en  las empresas sucede todo lo contrario, te adormecen. “Como maker nunca me  han gustado las cajas negras. Compartir conocimiento siempre genera riqueza. Cuando empecé a hacer las primeras impresoras 3D con mis alumnos, se crearon pequeños negocios y un mercadeo de piezas y trueque, te hago tales piezas y me invitas a unas copas”.       
González, que acuñó el término “patrimonio tecnológico de la humanidad”, se siente afortunado por estar en Bq y dirigir un área de treinta personas, muchas de ellas antiguos alumnos suyos. “En la empresa donde trabajo tienen una mentalidad muy similar a la de Google y nos dejan hacer cosas nuevas y frikear”. Además, tiene la suerte de compartir espacio con Alberto Valero, quien lleva la parte educativa en la compañía. En primavera vuelven a la Universidad de la mano de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), pero ya les han tanteado de la Universidad Rey Juan Carlos y de La Politécnica.   
La impresión 3D, también llamada fabricación aditiva, es la producción de objetos en máquinas inteligentes vinculadas a internet. Hay quien piensa que esta nueva manera de fabricar objetos sacudirá  los cimientos de sectores empresariales e industriales tradicionales, como las cadenas de montaje. Por lo que algunos ya la han bautizado como tercera revolución industrial.
Uno de los principales defensores de estas nuevas máquinas es el presidente de los Estado Unidos, Barak Obama. Prueba de ello es que todas las escuelas del país cuentan con impresoras 3D y que ha ordenado la apertura de varios centros de fabricación aditiva en las zonas del país más castigadas por el desempleo.
Algo similar ha ocurrido en el Reino Unido, donde desde el año pasado todas las escuelas imparten robótica, programación e impresión 3D. El primer ministro, David Cameron, ha justificado el  nuevo modelo educativo argumentando que “estamos en una carrera mundial, donde nuestros hijos compiten con los niños de Hong Kong, Shangai y Singapur”.        
En España, la única Comunidad que ha hecho algo parecido  ha sido la de Madrid, que acaba de anunciar que todos los institutos de Secundaria de la región contarán con kits de robótica e impresoras 3D a partir del próximo curso.
Cuando le pregunto a Obijuan por qué si en España estamos a la vanguardia en el conocimiento para fabricar objetos en máquinas inteligentes no hacemos lo mismo que ha hecho Reino Unido, contesta con un lacónico “porque los políticos no saben y  muchas veces se rodean de burócratas que les aconsejan  invertir en tonterías”.
Una idea, por qué alguien no habla con una delegación de Clone Wars y monta algo grande?

@CuadraLab @Casonazul

jueves, 19 de febrero de 2015

El año de las tecnologías ponibles y de los robots

El año de las tecnologías ponibles, la robótica y las nanotecnologías (2° parte abecedario)




Juegos. El uso de la lógica de los juegos en entornos que no son lúdicos, con la finalidad de hacerlos más atractivos, es una práctica que se utiliza cada vez más en los departamentos comerciales de las  empresas con la intención de fidelizar clientes y  motivar y desarrollar nuevas competencias entre los empleados de las empresas. También tienen un uso muy extendido en el ámbito de la educación. Por ejemplo, Duolingo, una aplicación para aprender idiomas jugando. Otros casos de éxito son los que utilizan Adidas, Nike o BBVA para consolidar clientes.
Laboratorios/Fábrica.  Espacios donde se producen objetos físicos a escala personal o local mediante máquinas controladas por ordenadores. El nombre lo inventó Neil Gershenfeld hace más de diez años. El actual y entonces director del Center for Bits and Atoms  del MIT sostenía que la única manera de paliar el desastre económico y ecológico de la producción global sería poner en marcha una revolución digital. Cómo? Utilizando el ordenador personal para la fabricación personal. En la actualidad existe una red internacional de laboratorios/fábrica repartidos por los cinco continentes. En España, de momento, están localizados en Sitges, Valencia, Toledo, Sevilla, Madrid, León, Bermeo, Coruña y Barcelona. El de la ciudad catalana es uno de los referentes en el mundo.      

Makers. El movimiento Maker está inspirado en el “hágalo usted mismo” que difundían las revistas norteamericanas de tecnología de los años 50. La principal diferencia entre los “hacedores de cosas” de entonces y los de ahora está en las herramientas digitales. El ordenador de hoy es el martillo de ayer. Los makers fabrican prototipos de productos y objetos sin moverse de su casa.
Chris Anderson, editor de la prestigiosa revista tecnológica Wired, bautizó este movimiento como la nueva revolución industrial. En su libro “Makers: La nueva revolución industrial”, argumenta que dentro de pocos años, las impresoras 3D estarán en los hogares de todo el mundo  y que este hecho sentará las bases de un nuevo modelo de producción personal.
El  escritor estadounidense Alvin Toffler vaticinó esta “revolución industrial” en su obra “La tercera ola”. En este libro, uno de los más vendidos en el mundo, Toffler acuñó el término “prosumidor”,  la suma de consumidor y productor.
El escritor sostenía que los consumidores acabarían saturados de los productos fabricados en masa y que si las empresas querían seguir ganando dinero tendrían que emprender un nuevo proceso de fabricación personalizada masiva, en la que deberían implicar a los consumidores, transformándose así en  “prosumidores”.

Nanotecnología. Desde hace años viene hablándose de la nanotecnología como la revolución científica tecnológica más importante de la humanidad. Sus aplicaciones son infinitas. Pinturas mucho más resistentes para los automóviles, tejidos que no se manchan, embases para alimentos más livianos y resistentes a las bacterias o el uso de nanopartículas de hierro para descontaminar el agua. Pero sin duda, es en la nanomedicina donde se esperan grandes avances y logros en la cura de enfermedades. Una de las potenciales aplicaciones es el diseño de nanorobots que puedan moverse por el cuerpo y destruir las células cancerígenas. La nanotecnología ha dado lugar a nuevos materiales, como el grafeno, el material con el que se están fabricando los móviles que vienen. La nueva generación de smartphones diseñados con este material nos permitirá adaptarlos al formato que deseemos y cargar su batería en segundos.
Olores. Pocas cosas existen más evocadoras que el aroma para reencontrarse con el tiempo perdido, como bien dejó escrito Marcel Proust. Eso debió de pensar David Edwards,  profesor de la Universidad de Harvard y fundador de Le Laboratoire, el centro experimental donde se ha creado un teléfono que se comunica con aromas. Se llama Ophone y permitirá enviar y recibir hasta 300.000 olores únicos. Si todo va bien, podría empezar a comercializarse en primavera. El envío y recepción de olores a través de mensajería móvil es algo en lo que se lleva investigando desde hace años y que siempre ha generado una gran curiosidad en la comunidad tecnológica. Además del Ophone, existen otros precedentes, como es el caso del dispositivo de fabricación japonesa Scentee, desarrollado por Mixed Reality. Precisamente, de la mano de esta compañía, el restaurante español Mugaritz,  uno de los grandes de la gastronomía mundial,  presentó en el Madrid-Fusión del año pasado una aplicación que permite oler los platos que se cocinan. Sin duda, estamos ante una potente herramienta de marketing y como tal lo han visto algunas compañías. La estadounidense Oscar Mayer lanzó el año pasado un dispositivo que  conectado al iPhone  te despertaba con olor a tocino al sonar el despertador.    

Ponibles.  Está previsto que las tecnologías que se llevan puestas, las conocidas como “wearables”, vendan 30,9 millones de objetos este año, un 61% más que el pasado. Son las cifras que maneja la Asociación de Electrónicas de Consumo de Estados Unidos (CEA). Las tecnologías ponibles más extendidas son los relojes, brazaletes o pulseras que miden parámetros biológicos y ayudan a controlar la salud. Entre las más sofisticadas se encuentran los microchips del tamaño de un grano de arroz que se insertan en el cuerpo humano y que permiten, desde almacenar historiales médicos, pagar en establecimientos o abrir puertas sin necesidad de contraseñas. 


Robótica. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, anunció hace unos días en el Parlamento que este es el año de la revolución de los robots en su país. En cinco años, de aquí a 2020, el Ejecutivo nipón prevé invertir 20.000 millones de dólares en el desarrollo de esta industria. El envejecimiento de la población japonesa, donde uno de cada cuatro ciudadanos tiene más de 65 años, es el principal motivo de esta apuesta tan decidida por la robótica. Durante el pasado año, este sector se convirtió en uno de los más atractivos para invertir. De hecho el fondo europeo de inversiones Robo-Stox Global Robotics and Automatión obtuvo una rentabilidad del 7,28% en 2014 y del 181,84 en los últimos cinco años. Según la Federación Internacional de Robótica, el año pasado se vendieron más de 200.000 robots para usos industriales, lo que supuso un incremento del 12% respecto al año anterior. No obstante, donde más se espera que crezca este mercado es en los hogares. Los más comunes serán en formato aspiradora, cortacéspedes o como asistentes para personas mayores. En California, un hotel ya utiliza un robot mayordomo para atender a sus clientes. También se espera que Intel y Jibo saquen en breve sus asistentes personales al mercado   

http://www.efeemprende.com/blog/segunda-parte-del-abecedario-de-macrotendencias-tecnologicas-y-sociales-2/

sábado, 7 de febrero de 2015

Bq, la tecnológica española que ha confiado en los makers y ha ganado


Hace poco más de un año, Juan González Gómez, ingeniero de Telecomunicaciones y Doctor en Robótica por las universidades Politécnica y Autónoma de Madrid, dejaba escrito en su muro de Google+ que Bq, la compañía que lo había fichado unos meses antes “apuesta por losmakers. Su Ceo, Alberto Méndez cree en nosotros. Y gracias a su ayuda, Alberto Valero Gómez y yo estamos montando un equipazo de makers en el departamento de robótica e innovación de Bq”.
González llegó a la compañía en la primavera de 2013, el mismo año que Bq abrió la planta de Navarra en la que fabrican impresoras 3D. Bq puso el año pasado en el mercado la impresora Witboxconsiderada la quinta mejor del mundo, según el Top 15 Print Quality Ratings de 3DHubs. Está íntegramente hecha en España, cuesta 1.650 euros y con ella pueden imprimirse piezas de plástico para sectores como el bricolaje o la electrónica. Ya se comercializa en más de 30 países.  
A González Gómez, conocido con el alias de Obijuan, le gusta definirse como un maker apasionado de la robótica y del conocimiento, que disfruta construyendo impresoras 3Dreprap e imprimiendo robots con ellas. Ha acuñado el término patrimonio tecnológico de la humanidad y es el creador del proyecto Clone Wars, la comunidad de referencia de los makers españoles. Puso en marcha esta comunidad cuando era profesor de robótica en la Universidad Carlos III de Madrid. Pretendía que su alumnosaprendieran a construir impresoras 3D open source, con las que poder fabricar después prototipos de piezas para robots
Para los que todavía no habéis oído hablar de Bq, deciros que es una empresa cien por cien española y que sededica a la fabricación y venta de dispositivos multimedia, impresoras 3D y Kits de robótica. Acaba adelantarse a la china Meizu, con la presentación en Londres del primer Smartphone en versión móvil de Ubuntu, el sistema operativo basado en Linux, que se distribuye como software libre. El 24 de febrero lo presentará en España, como epílogo al Mobiles World Congress de Barcelona.  
Bq tiene sus orígenes en el año 2003. Sus socios, Rodrigo del Prado, David Béjar, Ravín Dhalani, Iván Sánchez,  Adán Muñoz y Alberto Méndez se conocieron en laAsociación de la Escuela de Ingenieros de Telecomunicaciones de la Politécnica de Madrid. Al frente de dicha asociación se encontraba Méndez, el actual presidente de Bq y galardonado hace unos días con el Premio Iberoamericano Joven Emprendedor Cortes de Cádiz.  En 2005 crearon una empresa dedicada a laimportación y venta de memorias USB. El éxito fue tan rotundo que decidieron abrir fábrica propia en China. Poco después se aliaron con Luarna Ediciones, la primera editorial digital española, y empezaron a fabricar lectores de libros electrónicos y a introducirse en el mercado de las tabletas. El salto a los smartphones llegó en 2013 y en 2014 irrumpieron de lleno en la robótica educativa y las impresoras 3D.  
En esta carrea hacia el éxito han contado con el respaldo de grandes marcas. Como el de Fnac, para quien diseñan y desarrollan el hardware y software de sus lectores electrónicos y tabletas. O el de Movistar, para quien han hecho su e-reader. También han realizado las tabletas de Planeta y gestionan la plataforma de lectura Nubico  
El buen trabajo y las buenas compañías les han llevado a pasar de los 16 empleados con que contaban en 2010 a los casi 1.000 que tienen en la actualidad. Además, han logrado multiplicar por 50 su nivel de facturación, pasando de los 3,80 millones de 2010 a los 200 facturados en  2014.
Bq ha sentado un precedente muy importante en la cultura empresarial y de aprendizaje españolas y señala nuevos caminos en casi todos los ámbitos de la vida. Ha contado con frikis en sus plantillas y ha ganado. “Hola, me llamoObijuan y soy un friki: no puedo parar de aprender y aplicar los nuevos conocimientos para diseñar cosas nuevas, mejorarlas y documentarlas…..”  

http://www.efeemprende.com/blog/bq-la-tecnologica-espanola-que-ha-confiado-en-los-makers-y-ha-ganado/