Lo primero que recibes cuando te asomas al foro de Clone Wars es un bofetón de innovación, pasión, ganas de crear y aprender. Y también un intenso olor a vitaminas, camas calientes, laca y filamentos. En este patio de vecinos, ubicado en la wiki mundial de código abierto RepRap, se concentra el mayor conocimiento sobre robótica e impresión 3D de Europa. Ahí dentro, más de 3.600 personas de todos los puntos de España trabajan en cadenas virtuales de montaje para fabricar robots e impresoras 3D con capacidad de replicarse.
El creador
de esta comunidad es Juan González Gómez, actual director del área de Robótica
e Impresión 3D de la tecnológica Bq.
Conocido como Obijuan en el universo Maker, explica que España está marcando tendencia en este ámbito
y que estamos a la cabeza de Europa en conocimiento e investigación. Juan
constituyó esta comunidad en 2011, cuando era profesor visitante en la
Universidad Carlos III de Madrid. “Me dije, construyo una impresora desde cero
y todo lo que vaya aprendiendo lo voy compartiendo”. Inicialmente, la lista de
Clone Wars se constituyó en la unidad de robótica del citado Campus, pero ahora
se encuentra en la Wiki de Rep Rap.
De esta
manera, España se sumaba a la comunidad mundial RepRap que en 2004 había
constituido el ingeniero y profesor de la Universidad de Bath, Adrian Bowyer,
con la finalidad de fabricar impresoras capaces de replicarse a sí mismas. Sobre cómo se está viviendo en España la
irrupción de la impresión en 3D, Obijuan
afirma que el entusiasmo que se está generando entre la gente, le recuerda a la
llegada de los primeros ordenadores, cuando todo el mundo quería aprender
informática y comprarse uno. “Ahora están surgiendo academias para aprender a
imprimir en 3D por todos los lugares, pero existe una brecha muy grande entre
lo que se enseña oficialmente y lo que puede aprenderse en casa a través de
comunidades, como Clone Wars”.
Juan es
optimista sobre el futuro de la impresión 3D, “todo el mundo le encuentra una
utilidad. Es como tener una fábrica en tu casa. Puedes convertir en realidad
todos los objetos que imaginas en tu cabeza” Obijuan vaticina que la próxima
revolución será la de los materiales que se utilizan para imprimir y que a
finales de este año, casi todas las personas tendrán un objeto impreso en 3D, que
habrán obtenido con una impresora propia o con la de un amigo o conocido.
A Obijuan,
ingeniero de Telecomunicaciones y Doctor en Robótica por las universidades
Polítécnica y Autonóma de Madrid, le
hubiera gustado permanecer como docente en la Universidad, pero en 2013 expiró
su contrato como profesor visitante en La Carlos III y no le quedó más remedio
que abandonar las aulas. Antes había estado como profesor en la Universidad
Autónoma. “Yo no quería dejar la docencia,
porque mi perfil es de investigador. Esperé a que saliesen plazas, pero las
pocas que salieron ya estaban dadas de antemano”, explica.
A Juan,
que se presenta en todos sus perfiles
sociales como un maker y friki que no puede parar de aprender y aplicar nuevos
conocimientos para diseñar cosas nuevas, mejorarlas y documentarlas, le sirvió
de muy poco su brillante curriculum de investigador y hacedor para quedarse en
la madrileña Universidad Carlos III. En 2011, estando de docente, diseñó junto
a su compañero de departamento, Alberto Valero Gómez, el primer robot móvil del
mundo imprimible. Estaba destinado a fines educativos y lo presentaron en el VI
Simposio Internacional sobre Minirobots Autónomos para la Educación, que se
celebró en el mes de mayo de ese año en la ciudad alemana de Bielefeld. Obijuan
recuerda los nervios y el sentimiento de inferioridad que tenían antes de
presentar en sociedad a Miniskybot, nombre con el que bautizaron entonces al pequeño
robot. “Participaban personas de muchas nacionalidades y nosotros, con ese
complejo típico que nos invade a veces a los españoles cuando salimos fuera,
pensábamos que quizá no estábamos a la altura. Pero cuando vimos la cara de
asombro de los alemanes se nos quitaron todos los complejos. Nuestro robot se
convirtió en la estrella del Simposio y todos se preguntaban cómo no se les
habría ocurrido antes a ellos”.
A la vuelta
a Madrid contaron en la Universidad la expectación que había creado el robot en
Alemania, les dijeron que muy bien, que se alegraban mucho, pero no supieron
ver el potencial. Dos años más tarde, no les renovaron los contratos y tuvieron
que abandonar la Universidad. Hoy, Miniskybot se llama PrintBot Renacuajo y lo
comercializa Bq, con gran éxito, para que los niños aprendan a montar su primer
robot
Juan explica
que en España existe un talento brutal en la Universidad y en todos los
lugares. “Yo estuve un tiempo en la universidad de Hamburgo y esperaba que los
alumnos fuesen diferentes y vi que no, que mis alumnos españoles eran mucho
mejores. Lo que sucede en España es que
tenemos menos medios y que no sabemos motivar a las personas”
Obijuan sigue realizando tutoriales en sus
horas libres y afirma que a él lo que le gusta es compartir, pero que por regla
general en las empresas sucede todo lo
contrario, te adormecen. “Como maker nunca me
han gustado las cajas negras. Compartir conocimiento siempre genera
riqueza. Cuando empecé a hacer las primeras impresoras 3D con mis alumnos, se
crearon pequeños negocios y un mercadeo de piezas y trueque, te hago tales
piezas y me invitas a unas copas”.
González,
que acuñó el término “patrimonio tecnológico de la humanidad”, se siente
afortunado por estar en Bq y dirigir un área de treinta personas, muchas de
ellas antiguos alumnos suyos. “En la empresa donde trabajo tienen una
mentalidad muy similar a la de Google y nos dejan hacer cosas nuevas y
frikear”. Además, tiene la suerte de compartir espacio con Alberto Valero, quien
lleva la parte educativa en la compañía. En primavera vuelven a la Universidad
de la mano de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), pero ya les han
tanteado de la Universidad Rey Juan Carlos y de La Politécnica.
La impresión
3D, también llamada fabricación aditiva, es la producción de objetos en
máquinas inteligentes vinculadas a internet. Hay quien piensa que esta nueva
manera de fabricar objetos sacudirá los
cimientos de sectores empresariales e industriales tradicionales, como las
cadenas de montaje. Por lo que algunos ya la han bautizado como tercera
revolución industrial.
Uno de los
principales defensores de estas nuevas máquinas es el presidente de los Estado
Unidos, Barak Obama. Prueba de ello es que todas las escuelas del país cuentan
con impresoras 3D y que ha ordenado la apertura de varios centros de
fabricación aditiva en las zonas del país más castigadas por el desempleo.
Algo similar
ha ocurrido en el Reino Unido, donde desde el año pasado todas las escuelas imparten
robótica, programación e impresión 3D. El primer ministro, David Cameron, ha
justificado el nuevo modelo educativo argumentando
que “estamos en una carrera mundial, donde nuestros hijos compiten con los
niños de Hong Kong, Shangai y Singapur”.
En España,
la única Comunidad que ha hecho algo parecido
ha sido la de Madrid, que acaba de anunciar que todos los institutos de
Secundaria de la región contarán con kits de robótica e impresoras 3D a partir
del próximo curso.
Cuando le
pregunto a Obijuan por qué si en España estamos a la vanguardia en el conocimiento
para fabricar objetos en máquinas inteligentes no hacemos lo mismo que ha hecho
Reino Unido, contesta con un lacónico “porque los políticos no saben y muchas veces se rodean de burócratas que les
aconsejan invertir en tonterías”.
Una idea,
por qué alguien no habla con una delegación de Clone Wars y monta algo grande?
@CuadraLab
@Casonazul